Cuando hablamos de psicología transcultural nos referimos al proceso que avanza en la búsqueda
de los efectos de las diferencias culturales sobre el comportamiento humano. Con la globalización
este proceso ha ido en aumento y cada vez somos mas conscientes de la importancia de la defensa
comprensiva de la diversidad cultural frente a los intentos de homogenización cultural.
Si analizamos este proceso desde una perspectiva psicológica de las normas, creencias, hábitos,
comportamientos, composición social, religión, estilos de vida, entre otros, este nos permite
reflexionar y comprender la desigualdad humana y sus características pero desde una visión positiva
que nos ayuda a ver la diversidad como una oportunidad para el individuo y su entorno.
Constantemente escuchamos hablar de “migrantes de segunda y tercera generación” pero, ¿realmente son migrantes? Realmente no son migrantes pues nunca han ido a otro país. Este calificativo les viene dado por sus padres o abuelos que en algún momento fueron emigrantes.
Este calificativo de segundas generaciones a veces puede ser hiriente, pues cuando decimos que alguien es migrante denotamos que no es de ese país. Hecho que ya en los denominados “migrantes de segunda” generación no es real. Son personas que han convivido con dos culturas diferentes y que han pasado por un proceso de enfrentamiento cultural hasta llegar a un nivel de aceptación de las dos culturas y de enriquecimiento tanto social como personal.
La población extranjera supone hoy el 6,2% de la población española. Se estima que el 28,5% proceden de la actual Unión Europea y el 71,5% restante pertenecen a países extracomunitarios.
Por comunidades autónomas, en Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía se encuentra el 80% de la población extranjera.
Otros datos de interés muestran que ya han nacido en España 119.884 personas extranjeras y que en la última regularización el año 2015, 573.270 personas obtuvieron permiso de trabajo.
El fenómeno migratorio se inició en España en los años ochenta, realizándose el primer proceso de
documentación masiva en 1985, y continuando de forma progresiva y creciente la llegada de flujos de
personas de distintas procedencias (Sudamérica, África, Países del Este de Europa y ExUnión Soviética) hasta nuestros días. (“ dato extraído de Estrategias para la integración de la segunda generación de inmigrantes en Andalucía”.)
Las segundas y terceras generaciones tienen la posibilidad de vivir varias culturas sin tener que
elegir una frente a la otra si no experimentar y enriquecerse con este fenómeno y que les ayuden en
su desarrollo como individuo global.
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